SAÚL PÉREZ GADEA
EL OJO DE LA TEMPESTAD
SAÚL PÉREZ GADEA representa
un caso singular en la literatura uruguaya. Es que a partir de la
aparición de Homo-Ciudad, editado cuando el poeta tenía sólo
18 años de
edad (y a decir verdad, apenas esbozo
de la calidad que alcanzaría), su
discurso intenso
e incisivo, sin espacio para las concesiones, evidenció
un temperamento excepcional en nuestras letras,
que le acreditó elogios
de Gerardo Diego, Ramón Gómez de la Serna, Jesualdo Sosa, Alberto Zum
Felde, Líber Falco y Juan Carlos Onetti, entre otros.
Sin embargo, el
obstinado silencio a que se ha condenado su obra ejemplifica de manera
evidente lo que sostuviera alguna vez Carlos Real de Azúa:
"En nuestra
literatura, como en nuestra historia política, parece haber sido
inevitable la inclinación por los arreglos y la dilución de todo
concentrado
medianamente agresivo".
EL OJO DE LA TEMPESTAD, en lo que constituye el acontecimiento editorial más relevante de la poesía uruguaya en mucho tiempo, reúne la trayectoria (inédita en su mayor parte hasta el presente) de quien se revela como uno de los más extraordinarios poetas que ha dado nuestro país. A través de la misma, Pérez Gadea nos presenta su aguzada visión del mundo mediante una exposición de carácter fantástico, internándose sin resquemores en los territorios prohibidos del “sí mismo”, y el lenguaje, moneda gastada de la incomunicación, es recuperado y apropiado para recobrar así su perdida plenitud expresiva.