Mírenla. Ella encarna su propio paisaje las voces del juego de los niños y un poco por qué no también la lluvia.
Ella es del color de los sueños con el agua del color del agua con sueños de volver a ser sed. Ella es sonido. El sonido su voz un rugir o algo así de su piel le alcanza para ser un solo paso.
Ella es movimiento. Me mira como quien oye nevar o lo imagina mientras su cuerpo tiembla como un cristal. Se me acerca y acaricia a la luz con su cintura a mis deseos con la misma luz.
Ella camina segura de encontrarme al final del horizonte de su piel aliento atento a la espera de consumar su presencia.