NOVEDAD
Resulta difícil aproximarse
a la poesía fuera del territorio mismo de la creación. La experiencia poética
está íntimamente ligada a una intuición inmediata de lo real, de modo que quien
expresa, la expresión y lo expresado conforman una unidad. Cualquier tipo de
definición (de objetivación: de dicotomía entre objeto y sujeto: de subjetivación)
resulta entonces imprecisa. Cualquier sistema, inútil para entender la
creación. Nada tiene ésta que ver con una construcción intelectual, nada con la
noción de estructura. Su génesis se vincula a lo cordial y no a lo cortical.
Existen, sin embargo,
ciertos reflejos que actúan sobre la conciencia. Es la intuición que nos
permite advertir ese instante frágil que deviene permanencia, proyección sobre
el cuerpo del tiempo, suspensión de cualquier noción de límite (aplazamiento de
todo límite y supresión de toda noción). Entonces se establece un origen. Se
origina una especie de comunión. La expresión inaugura una forma, no meramente
verbal, no mera representación. Se trata fundamentalmente de una presencia, que irrumpe con mayor
potencia cuanto más se integra a nuestra cotidianidad.
En cada poema siento que se
ha engendrado una forma ajena a mí pero que me concierne íntimamente. Porque
nada existe en el universo posible que no me concierna. Siquiera lo imposible.
Diego
Techeira